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Y los indígenas descubrieron el porno…

Puede parecer increíble, pero todavía no sabían lo que era el porno. Ahora bien, la pregunta es si era mejor no saberlo o descubrirlo. El tema es que en cuanto tuvieron acceso al porno se engancharon inmeditamente, ya no podían dejarlo. Se obsesionaron literalmente viendo los videos porno que les mostraban hasta el punto de correr un riesgo real de adicción.

Esta tribu brasileña por fin pudo tener acceso a internet gracias a Elon Musk, y como puedes imaginarte fue precisamente de las primeras cosas que buscaron, porno duro. Nada más engancharse su comportamiento cambió radicalmente, mostrándose sexualmente agresivos. Además aseguran haberse vuelto mucho más perezosos.

Pero aun siendo conscientes del problema y de sus consecuencias los líderes de la tribu ruegan que no los desconecten de internet, no todo es tan malo aseguran.

En realidad incluso mostraron cierta predilección por buscar videos porno de jovencitas, al parecer la idea de la juventud y la fertilidad les apasiona a los indígenas igual que los palahi de otras regiones. En realidad no tiene nada de malo según aseguran, ya que no incumplen ninguna ley y les entretiene.

A pesar de ello los líderes finalmente decidieron establecer un control horario de 2 horas cada mañana y 5 cada tarde, con el domingo en libertad. Una especie de control parental para evitar que la adicción acabara literalmente con la tribu.

Yo personalmente creo que el hecho de que internet no haya llegado a muchas tribús indígenas es posiblemente una ventaja para ellos en cuanto a que evitarán conductas adictivas y comportamientos tal vez depravados. Sin embargo es evidente que internet permite una gran serie de ventajas y que les permite estar más comunicados con el resto del mundo. Es por ello que visto desde fuera nos resulta complicado saber si es mejor o peor. Pero desde luego está más que claro que ellos no duda, lo quieren todas las horas del día.

UN PALAHI QUE SE HIZO ADICTO AL PORNO

En realidad, la relación con el porno no quedó sólo en la historia de mi hermano mayor, del que ya os hablé en el post anterior. En realidad, los hombres de mi familia en general, y mis hermanos y yo en particular, somos bastante aficionados a la pornografía de cualquier clase, y mucho más a la que pudimos acceder gracias a internet. En realidad, el porno online ha afectado de alguna manera la vida de los tres, a unos más que a otros; y el más afectado de los tres, fue el de mi hermano Fernando.

Lo curioso del caso es que pensábamos que Nando era el que menos interesado en estos temas, y aunque yo había pillado algunas veces en el historial de su pc las visitas a webs xxx porno, en realidad considerábamos que no era algo demasiado importante. De hecho, él tenía mucho éxito con las tías, y además había conseguido trabajo mientras estudiaba, así que pensábamos que en realidad no tenía tiempo de ser tan viciosos como nosotros. Pero nos equivocábamos de medio a medio, y lo descubrimos de la peor manera.

En realidad, lo supimos de uno de nuestros amigos, que lo vio entrar en un café de esos que tienen acceso a internet con sus propios ordenadores, y claro, le resultó bastante raro. Cuando Rober y yo lo supimos, también nos pareció bastante extraño, así que lo seguimos en unas cuantas ocasiones; y descubrimos con asombro que se dedicaba a entrar en webs de porno folladas. ¿Por qué?, nos preguntábamos, si en casa no había problema para hacerlo, sólo había que tener un poco de cuidado con mamá, que para eso era todo un lince. Y la respuesta tuvo mucho que ver con eso, con el ojo avizor de una madre vigilante de tres hijos varones y temerosa de que fuéramos unos salidos (que lo éramos un poco, la verdad).

Cuando lo confrontamos, Nando nos confesó entre lágrimas que era todo un adicto al porno, y que si escondía en aquellos cibercafés era para que nadie se enterara. La verdad, estaba un poco agobiado, y no sabía por dónde tirar con ese problema; mi hermano y yo casi quisimos darle de coscorrones, porque no entendíamos qué vergüenza podía tener con nosotros, aunque luego nos dimos cuenta de que no era tan fácil como pensábamos. Había empezado como un juego, pero como siempre sucede con estas cosas, cada vez le fue más difícil dejar de hacerlo, y aunque Nando es un tío inteligente y se dio cuenta de que estaba empezando a tener un problema, no fue capaz de cortar por lo sano. En ese momento estaba muy agobiado, justo cuando lo descubrimos todo.

Por suerte, esta historia no tuvo mayor recorrido, pues lo cogimos bastante a tiempo, gracias a nuestro amigo cotilla y a que mi hermano realmente quería dejar esta adicción. En secreto visitamos a un psicólogo que lo ayudó, y con unas cuantas indicaciones, a los pocos meses ya estaba recuperado. Después de aquel episodio, y coincidiendo con las vacaciones de verano, salió de la ciudad un tiempo, y cuando volvió se centró en su trabajo y en sus estudios, esta vez sí; así que lo que pudo ser una verdadera crisis familiar, se quedó en un susto del que pudimos recuperarnos.